El Frutal (Obstgarten, Orchard)
Se nota que en Alemania hay más afición por los juegos de mesa. Y de allí procede el juego que vamos a presentar en este artículo: Obstgarten, cuya traducción en español sería algo así como los frutales, aunque en ocasiones se venda simplemente como El Frutal.
Es un juego perfecto para los más pequeños de la casa y con el que
conseguiremos que vayan aprendiendo la dinámica típica de un juego de
mesa por turnos, además de pasar un buen rato. Por otro lado, y a pesar
de su sencillez, los adultos también podemos disfrutar de la
experiencia. A ello contribuye su cuidado diseño y las piececitas de
madera, que gustan tanto a chicos como a grandes.
Es un juego colaborativo en el que, o bien todos los jugadores ganan, o
todos pierden. El adversario común es un cuervo, y hay que conseguir
recolectar toda la fruta antes de que llegue. En la caja pone para
edades entre 3 y 6 años, aunque ya con dos añitos se lo pasan pipa
tirando el dado y cogiendo la fruta. Eso sí, aunque el dado es grandote,
hay que vigilar no se lleven las frutas a la boca. Y sobre la edad
máxima, yo mismo he jugado y no me ha pasado nada.
No es fácil de encontrar en España, y habría que acudir a tiendas
especializadas en juegos de mesa. También se puede adquirir por Internet
y, aunque la caja esté en alemán, el juego es independiente por completo
del idioma, pues no hay nada escrito ni el tablero ni en el dado. Y
resulta que en Alemania el dibujo de un cuervo se parece mucho al que
pudiéramos hacer aquí. En cualquier caso, viene con instrucciones en un
montón de idiomas, español incluido.
¿De qué va el juego?
Se reparten las cestas a los jugadores y se colocan las frutas en sus respectivos frutales: manzano, ciruelo, peral y cerezo. Y se empieza a jugar, siendo el más joven el que tira el dado en primer lugar. Las opciones son 6:
- Azul: el jugador coge una ciruela.
- Verde: el jugador coge una manzana.
- Rojo: sí, lo has adivinado, se coge una cereza.
- Amarillo: se coge una pera.
- Cesta: es el premio gordo, se pueden coger dos piezas de fruta a elegir.
- Cuervo: lo peor de lo peor. Se coloca una pieza del puzle central, que tiene 9.
Y así hasta que se termina de recoger toda la fruta, caso en el que ganan todos los jugadores… o hasta que se completa el puzzle del cuervo, caso en el que el que gana es el cuervo, que es un glotón y quiere nuestra fruta.
Matemáticas
Además de aprender a respetar el turno y de fomentar la empatía animando a los demás a ganar (que para eso es un juego colaborativo), se ponen en juego una serie de rudimentos matemáticos que, dada nuestra debilidad por el tema, queremos resaltar:
- En el transcurso de la partida podemos ir contando las frutas que quedan de cada tipo, de forma que los niños se vayan familiarizando con el concepto de número y con el conteo. Si los niños ya saben contar, esto se puede explotar más, preguntando a ellos. En cualquier caso, no se debe forzar la situación, simplemente debemos utilizar de forma natural el conteo.
- La **probabilidad ** está muy presente en el juego. De hecho, aunque no es nada difícil para un adulto darse cuenta de la mejor estrategia, la cosa no está tan clara para los niños pequeños. Dicha estrategia exige la asimilación del concepto de azar. Así, si nos sale la cesta, dándonos opción a coger dos frutas cualesquiera, lo mejor es tomar de las más abundantes. En cambio, los niños, al principio, tienden a recolectar las que les parecen más bonitas, pasando de cualquier estrategia. Enseguida aprenderán a intentar forzar que salga la cesta, cosa que nos sacará de quicio.
- Los conceptos de **siguiente ** y anterior, propios de la dinámica de un juego por turnos, son fundamentales y previos a los procedimientos de conteo.
Una garantía, si es que hace falta alguna, es que en BoardGameGeek lo hayan puntuado con un estupendo 6,52.
Para saber más
Beltrán-Pellicer, P.(2017). Una propuesta sobre probabilidad en educación infantil con juegos de mesa. Edma0-6: Educación Matemática en la Infancia, 6(1), 53-61.