Reflexiones acerca del discurso bipolar sobre educación de Twitter

Lo que viene a continuación es una versión blog o desplegada de este hilo de Twitter.

Como creo que el discurso en Twitter es siempre muy bipolar, me gustaría reflexionar sobre algunos puntos en esto de la educación: 1 Decir que la ratio no tiene que ver con la calidad de la enseñanza y el aprendizaje es, directamente, mentir. Los recursos importan.

2 Entre el mundo de los congresos de “innovación” chorras (ojo comillas), normalmente auspiciados por bancos y tecnológicas) y el de los que detestan todo lo que huela a pedagogía o didáctica (disciplinas que no suelen distinguir), hay todo un universo por explorar.

2bis. Universo que no suele tener visibilidad en Twitter y al que pertenecen las didácticas específicas. Como los mundos anteriores son grandes comunidades antagónicas que se alimentan a sí mismas, dejan poco espacio para otras perspectivas.

3 La experiencia es un grado. Pero no nos engañemos, no implica necesariamente, que por llevar dando clase 5, 10, 15 o 20 años tu docencia sea la leche.

4 Decir que los investigadores en educación o en didáctica que desarrollan su carrera profesional en la universidad no tienen ni idea de lo que hablan porque no dan clase en infantil, primaria o secundaria es de una estrechez de miras impresionante. Desarrollo este punto 4->

4a Podríamos usar ese mismo razonamiento para los de primaria, por ejemplo. Como no dan clase en secundaria, no saben cuáles son los resultados de su docencia y, por tanto, no pueden predicar sobre sus bondades. Lo mismo con los de infantil y secundaria.

4b Al final, ¿quién estaría legitimado para formar docentes? ¿Alguien que hubiese dado clase en infantil, primaria, secundaria, adultos, ciclos y universidad? Ah, y que hubiese tenido hijos, claro. Y que estos hijos hayan pasado ya por infantil, primaria, secun… ¡Por favor!

4c No suele gustar la metáfora, porque son disciplinas científicas distintas. Pero… ¿alguien cree los médicos de atención primaria no pueden usar resultados de investigadores de “laboratorio” o dejarse asesorar por ellos sin que estos hayan sido médicos de ambulatorio?

4d Las ciencias de la educación son una disciplina social, así que en primer lugar, se va a partir de unos presupuestos de partida que exigen un posicionamiento (por ejemplo: ¿qué queremos enseñar?) Por eso, entre otras cosas, no gusta la metáfora anterior.

5 Los quehaceres de docentes e investigadores (ojo que estos últimos también son normalmente docentes) son distintos, pero complementarios. A veces, la transferencia es directa, pero no siempre tiene por qué serlo.

5bis. Es la diferencia que no hace falta explicar entre ciencia básica y ciencia aplicada. Volvemos a la estrechez de miras si pensamos que todas las investigaciones en didáctica o en educación deben ser aplicables mañana mismo al aula.

6 Es un hecho que desde la universidad también se da voz, en ocasiones, a las pseudociencias. Ha pasado, y sigue pasando, por ejemplo, con lo de las inteligencias múltiples. De ahí la importancia de la formación docente y del espíritu crítico.

6bis Lo del espíritu crítico y científico es indispensable. Sobre todo aquí, donde hay presiones muy fuertes de múltiples agentes que quieren marcar el programa de la educación (bancos, tecnológicas, medios, políticos).

Y todo este batiburrillo me viene a la cabeza porque parece que hay una tendencia a pensar (es mi percepción) que la gente de la universidad vive en su mundo y que los únicos capacitados para hablar sobre la docencia son los docentes “a pie de aula”. Pues no.

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Pablo Beltrán-Pellicer
Profesor Titular de Didáctica de las Matemáticas

Universidad de Zaragoza

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