En la enseñanza a través de la resolución de problemas, el contenido matemático emerge de tareas y situaciones-problema. De esta manera, el alumnado trabaja en primer lugar sobre esas tareas, normalmente en pequeños grupos, sin haber sido introducidos explícitamente en la «teoría» necesaria. El profesor adopta un papel dinamizador y facilitador, proporcionando un andamiaje que permite ir progresando en el aprendizaje.