¿Cómo fue mi primera clase como profesor?

Lo que viene a continuación es una versión blog o desplegada de este hilo de Twitter.

Recuerdo con cariño cómo fue mi primera clase como profesor. Un 1° ESO, en una sustitución. Estaban con el primer tema, de números y tal. Venga, de dividir os acordáis ¿no?

Hice una división en caja, desplegada, divisor de dos cifras 🤦🏻‍♂️ y tal, con todas las operaciones por escrito. En un afán por que quedara todo claro, clarito.

Más tarde aprendí que eso se conocía como el algoritmo extendido. Los chavales, no entendían qué leches estaba haciendo. Y yo…, en aquel momento llevaba más de una década sin hacer una división a mano. Y no me imaginaba cómo podía no entenderse aquello.

Y eso era lo que hacía que me observaran con una mezcla de cautela, sorpresa, e incomprensión: estaba escribiendo las restas completas.

También llegué a aprender la tontería que supone perder tiempo con según qué cosas. Como por ejemplo, dedicar esfuerzo a esa división por un número de dos cifras. Y a hacer divisiones, en general, porque sí.

Si alguien que ha trabajado el algoritmo de la división sabiendo por qué se procede así, no identifica el algoritmo desplegado… cuidado. Más adelante me percataría de que seguramente muchos de esos alumnos realmente no eran conscientes de que estaban restando en cada paso.

Aquella situación, aquella anécdota, se ha ido tornando extrañamente significativa para mí.

Fuente de la imagen: manelzaera.

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Pablo Beltrán-Pellicer
Profesor Titular de Didáctica de las Matemáticas

Universidad de Zaragoza

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